UMBERTO ECO
-El problema estético en Santo Tomás de
Aquino (1956).
Trabajó como profesor
en las universidades de Turín y Florencia antes de ejercer durante dos años en
la de Milán. Después se convirtió en profesor de Comunicación visual en
Florencia en 1966.
Fue aca donde publico sus importantes estudios de
semiótica:
- La
estructura ausente (1968)
-Una teoría de
semiótica (1976)
-Un panorama
semiótica (1979)
-En busca del lenguaje perfecto (1995)
También ha sido columnista y escritor en varias revistas y
periódicos como:
-La Republica
-Corriere Della Sera
-L´Espresso
En 1978 espesó a escribir su primer novela “EL
NOMBRE DE LA ROSA” (1980), un libro que logro grandes éxitos y dejar
grandes intrigas gracias a su época medieval
En el 1988 aparece su segundo libro “EL PENDULO DE FOUCAULD “(1988)
-“LA
ISLA DEL DIA ANTES”(1955) , su tercer novela .
Eco recibió en el año 2000 el premio “PRINCIPE DE AUSTRALIA DE COMUNICACIONES
Y HUMANIDADES “tras el ensayo que
realizo “KANT Y EL ORNITORRINCO” (1998)
LUEGO
DE ESTO SUS SIGUIENTES OBRAS:
CONCEPTO DE ECO SOBRE EL ICONO
Según Eco los signos icónicos no poseen las propiedades del
objeto representado sino que reproducen algunas condiciones de la percepción común,
basándose en la
estructura elaborada no reproduce una presunta estructura de la realidad sino
que, mediante ciertas operaciones, articula una serie de
relaciones-diferencias, de tal manera que estas se relacionen con las de los elementos del modelo
y que estas sean las mismas que
generamos cuando relacionamos perceptivamente los elementos oportunos del
objeto conocido.
Así que el signo icónico crea un modelo
de relaciones (entre los fenómenos gráficos) semejante al modelo de relaciones
perceptivas que construimos al conocer y recordar el objeto.
Si el signo icónico tiene propiedades
en común con algo, no es con el objeto sino con el modelo perceptivo del
objeto, puede construirse y ser reconocido por medio de de la mente y todo lo que que realizamos para construir el
objeto de la percepción, por lo cual en
la vida cotidiana percibimos sin tener conocimiento o conciencia de la trayectoria o ejecución de la
percepción.